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La identidad y la identidad secreta: el caso de Spider-Man

  • Iván García Torres
  • Dec 15, 2020
  • 10 min read

Updated: Feb 11, 2021


Introducción

En este breve ensayo me he propuesto tomar el tema de identidad y darle un giro. Quiero hablar sobre si es que tenemos una identidad o varias identidades y, si es que tenemos varias, quiero preguntarme si es que alguna de nuestras identidades es la verdadera, auténtica o genuina. Pero como no quiero irme a ver lo que grandes académicos, filósofos u otros señores perfumados dicen, lo haré a partir de un término mucho más cotidiano: la identidad secreta. Me basaré principalmente en algunas viñetas de varios cómics de Spider-Man y con ellas planeo responder —o al menos tratar de— las siguientes preguntas. ¿Qué es la identidad?, ¿cómo se conforma?, ¿tenemos sólo una identidad?, y si es que tenemos más de una ¿qué identidad es nuestra identidad verdadera?

Spider-Man y la identidad

Para mi hablar de identidad es hablar de Spider-Man. No sé por qué sucede así en mi mente, pero sucede. Es decir, claro que puedo hacer el esfuerzo por dejar pensar en el arácnido cuando pienso en identidad. Sin embargo, las historias que Peter Parker —y más recientemente Miles Morales— han protagonizado, me han dado de sobra para pensar, reflexionar y quizá entender la identidad, las identidades y su importancia. Por esto mismo, hoy no haré ese esfuerzo. Hoy sí hablaré un poco de Spidey y de cómo me ha hecho entender lo que es la identidad.


Para explicar esto, primero tenemos que delimitar un poco qué vamos a entender aquí como identidad. La identidad es una forma de reconocernos y de diferenciarnos. Son todos los rasgos que nos vuelven únicos y, a la vez, similares a las personas con las que nos relacionamos. Y estos rasgos pueden venir de muchísimos lugares, ya sean nuestra familia, nuestro lugar de nacimiento, nuestro género, nuestro físico, nuestros pensamientos, nuestras ideologías, nuestros signos del zodiaco, nuestra orientación sexual, nuestros sentires y, ¿por qué no?, nuestra habilidad de trepar muros y de lanzar telarañas, entre otras. Es importante que mencionemos que una característica de todas estas formas de diferenciación e identificación es nuestra necesidad de nombrarlas. Los nombres que usemos son importantes, pues las cargas de significados que tienen son altísimas. Y estas cargas significativas se vuelven cada vez más pesadas, ya que, se conforman de todas las redes de significados que hay a su alrededor. Un ejemplo de esto es el nombre de Spider-Man. Cuando Peter Parker se autonombró Spider-Man por primera vez (Ilustración 1), ese nombre no tenía el mismo significado que tendría el día de hoy, más de medio siglo más tarde. En el mundo ficcional, cada que Spider-Man rescataba a alguien nuevo, cada que volvía a luchar con un villano, cada que salía algún periódico donde J. J. Jameson lo llamara amenaza enmascarada, su nombre se resignificaba. La palabra Spider-Man en 1962, no significa lo mismo que hoy en 2020.

En síntesis, la identidad son aquellos rasgos que tenemos que nos asemejan a algunas personas y que, al mismo tiempo, nos diferencian de ellas. Asimismo estas identidades se nombran para poder distinguirse, pero sus significados van cambiando con el tiempo. Pero ahora nos toca responder ¿y cómo es que se conforman estas identidades?

Spider-Man y la experiencia

Desde los textos de Hegel, pasando por Marx y llegando hasta pensadores latinoamericanos del calibre de Freire y de Sánchez Vázquez, nos hemos topado con como hay muchos procesos que se construyen y reconstruyen de forma dialéctica, es decir que comienzan con dos ideas u objetos en contraposición (tesis y antítesis) que al oponerse construyen algo nuevo (síntesis). Y me parece que la identidad no es la excepción.

Aunque en nuestras cabezas no existen relaciones de opresores y oprimidos, lo que sí hay son experiencias, experiencias nuevas que nos llegan y se mezclan con las experiencias viejas en relación dialéctica. Por esto mismo nuestras identidades no son estáticas, sino que se van transformando con el tiempo. Si bien yo soy Iván y yo soy mexicano, lo que significa ser Iván y mexicano no es lo mismo que me significaba hace cinco o diez años. Me parece que esta transformación dialéctica se puede ilustrar con la historia de Otto Octavius en la historia llamada Superior Spider-Man.

En esta historia, el Doc Ock transmite su mente al cuerpo de Peter Parker, pero para tener una ventaja sobre él decide no borrar sus memorias. Y entonces al entrar al cuerpo de Spider-Man y tener acceso a todas sus experiencias, forzó una transformación dialéctica —que normalmente tomaría años— en un segundo. Vivió una vida entera en sólo un instante. La forma en la que Humberto Ramos (el dibujante) ilustró esto fue con las experiencias de Peter Parker (tesis) y dibujadas con el rostro del Dr. Octavius (antítesis). Lo cual puede verse en la Ilustración 2.



Ilustración 2 Dan Slott, The Superior Spider-Man, p. 50

Lo interesante de esta historia es que lo que nació de esta mezcla no fue un Doc Ock transformado en Spider-Man, ni un Spider-Man transformado en Doc Ock. La síntesis entre ambas experiencias los llevó a ser algo más que la suma de sus partes los llevó a ser algo nuevo. En la historia, el Dr. Octopus no accede a los recuerdos de Peter, sino hasta después de la batalla en la que Octopus (en el cuerpo de Peter) asesina a Spider-Man (en el cuerpo de Octavius). Es entonces que, al asumir su nueva identidad, frente al cadáver de Parker hace un juramento:

Adiós, Peter Parker. Debes saber esto voy a continuar con tu nombre. Quizá te vas de este mundo, pero no lo dejas a un villano. Lo juro. Seré Spider-Man. Mejor aún con mi genio sin paralelo y mi ambición ilimitada seré un mejor Spider-Man de lo que alguna vez fuiste. A partir de este día me convertiré en ¡Superior Spider-Man!

Y aquí podemos ver, además, lo fundamental que es nombrar las identidades. Al nuevo Spider-Man ya no le bastó con llamarse Spider-Man porque ya no se identificaba con él. Pero a la vez sabía que tenía un origen en él. Entonces esta síntesis de identidad cobró el nombre de Superior Spider-Man, nombre —un poco mamón, la verdad— que se puso para poder diferenciarse de lo otro.

Cuando una identidad es colectiva, es decir, cuando no estamos hablando de nuestros nombres personales, sino de nuestros nombres colectivos como ser mexicano, ser bombero, ser de género no binario o ser lesbiana, entonces esto se vuelve aún más complejo. Porque ahora la identidad no sólo depende de nuestras experiencias, sino de todas las redes de experiencias que se construyan a su alrededor. Los significados se vuelven colectivos y se resignifican entre toda la gente involucrada.

Recapitulando, la forma en la que las identidades de transforman es a partir de la relación dialéctica que se da entre las distintas experiencias que tenemos a lo largo del tiempo (o con un trasplante de memorias, pero yo no me preocuparía mucho por ello). Y habiendo establecido esto, ahora sí podemos pasar a lo que nos llamó en un primer lugar: la identidad secreta.

Peter Parker y las identidades secretas


Una identidad secreta o un alter-ego, es un nombre y una personalidad que usas para ocultar tu verdadera identidad, normalmente va acompañada de un nombre falso y de una máscara, pero tiene sus excepciones. Y es que la identidad secreta, para casi cualquier superhéroe o superheroína, es algo valiosísimo. Tanto que, como pueden ver en la Ilustración 3, Spidey está dispuesto a arruinar un cheque con tal de no revelar su identidad —y bien se sabe que a Peter Parker no le sobra el dinero—. La excusa para tener una identidad secreta casi siempre es la misma: hay que proteger a nuestra familia y a nuestros seres queridos de cualquiera que nos quiera hacer daño. No obstante, para este ensayo el porqué de una identidad secreta es lo de menos. Lo que queremos revisar es qué implica llevar una doble identidad y cómo es que eso nos apela en nuestro día a día.

Entonces, ya que sabemos a grandes rasgos qué es una identidad secreta, ahora hay que preguntarnos ¿qué significa tener una identidad secreta?, ¿acaso tenemos una identidad verdadera y una identidad falsa?, ¿cómo sabemos cuál de las identidades es la genuina? Y para esto me gustaría retomar una cita que Bill nos dice casi al final de Kill Bill 2:

Ahora, un elemento de la mitología del superhéroe es que está el superhéroe y también su alter ego. Batman en realidad es Bruce Wayne, el Hombre Araña es Peter Parker. Cuando el personaje despierta en las mañanas es Peter Parker. Se tiene que poner un disfraz para convertirse en Hombre Araña. Y por esa característica no hay alguien como Superman. Superman no se convertía en Superman, Superman nació como Superman. Cuando Superman se despierta, es Superman. Su alter ego es Clark Kent. El traje con la "S" roja y grande es la cobija en la que estaba envuelto cuando los Kent lo encontraron. Ésa era su ropa. Lo que Kent usa, los lentes, el traje de ejecutivo, ése es su disfraz. Es el disfraz que Superman usa para encajar con nosotros. Clark Kent es como Superman nos ve. ¿Y cuáles son las características de Clark Kent? Es débil, inseguro, es un cobarde. Clark Kent es la crítica de Superman para el mundo entero.

En esta cita, lo que Bill trata de decirnos es claro. Existe una identidad falsa, un disfraz, una máscara que usamos; y existe una identidad genuina, verdadera, nuestro verdadero rostro. Y no es siempre el mismo, pues mientras que Batman es el disfraz, Superman es el yo verdadero. Y me parece que esta cita refleja un poco cómo es que solemos pensar la identidad secreta. La pensamos como si fuera un engaño, la máscara que le mostramos al mundo es el escondite en el que escondemos nuestro verdadero yo. Y si bien, respeto esta forma de verlo, no estoy de acuerdo con ella.


Por otro lado, a mi parecer ambas identidades son verdaderas. No me parece que los superhéroes y las superheroínas estén actuando o fingiendo un rol q ue no les pertenece. Lo que creo —y es lo que sostengo en este ensayo— es que ni los superhéroes ni nosotros tenemos únicamente una identidad. Estamos formados a partir de identidades que pueden ser contradictorias entre sí. Pienso que los rostros que le mostramos al mundo son reflejos de nuestras identidades. Somos quienes somos, pero somos seres en contradicción. Ahora, creo que con el siguiente ejemplo ejemplo podré ilustrar bien a lo que me refiero cuando hablo de que somos seres en contradicción.

En la ilustración 3 podemos ver a Peter Parker en un momento típico suyo, siendo introvertido y algunos dirían que hasta antisocial. Por lo mismo Parker suele hablar poco con la gente de su escuela y sólo es cercano a algunas personas. Y en contraposición podemos ver la Ilustración 4 en donde tenemos a Spider-Man haciendo lo que hace, contando chistes, siendo extrovertido, y siendo lo suficientemente valiente como para enfrentarse a grandes criminales. Si creyéramos en lo que Bill nos dice, diríamos que el verdadero ser es Peter: introvertido y antisocial; y también diríamos que Spider-Man es una identidad falsa que usa para ocultar al callado Parker. Sin embargo, esto me parece absurdo. En la ilustración 5 podemos ver algo más. Algo que ni Bill, ni la mayor parte de la gente toma en cuenta cuando hablamos sobre nuestras identidades. En la imagen 5 se ve a un Peter, quizá no extrovertido, pero mucho más social y seguro de si mismo que el Peter que se refleja en la segunda ilustración. Y lo que varía entre ambas imágenes es el entorno en el que está.


La imagen 5 muestra a Peter con sus tíos. A Peter en un ambiente en el que se siente seguro y amado. Y este entorno hace que su personalidad cambie radicalmente. ¿Entonces podemos decir que Spider-Man tiene no dos, sino tres identidades distintas? Y me parece que la respuesta es que no tiene sólo tres, sino que tiene un sinnúmero de identidades que usa para relacionarse con su entorno y con las personas que lo habitan.



Dudo mucho que el rostro que Peter le de a Mary Jane, sea el mismo que le da a Venom, a la Tía May, a Iron Man, a el Dr. Octopus, a Harry Osborn o a la misma Gwen Stacy. Y si bien sólo usa dos nombres (Spider-Man y Peter Parker), usa muchas más máscaras además de la roja. Los rostros que muestra al mundo varían de situación en situación porque somos seres contextuales. Y eso es algo con lo que nos podemos relacionar todos, todas y todes.

Finalmente, eso es lo que Spider-Man puede enseñarnos sobre la identidad. Que nuestra identidad no tiene por que ser única ni estática. Si bien podemos ocultar nuestros sentires y podemos actuar distinto a lo que somos, no creo que este sea el caso de Spider-Man. No nos comportamos igual con nuestra pareja, que con nuestras amistades, que con nuestra abuelita. Y eso no le quita lo genuino ni lo auténtico a nuestra identidad. Así que la próxima vez que salgas y que te pongas una máscara para poder enfrentar la difícil realidad, te invito a portar la máscara con orgullo. Porque nuestras máscaras no tienen por qué ser un disfraz, cuando pueden simplemente ser uno más de nuestros rostros.

Consideraciones finales

Las identidades son aquellos rasgos que tenemos que nos asemejan a algunas personas y que, a la vez, nos diferencian de ellas. Nombramos estas identidades para poder distinguirlas, pero sus significados van cambiando con el tiempo y con las personas que la conforman. La forma en la que las identidades de transforman es a partir de la relación dialéctica que se da entre las experiencias viejas y las experiencias nuevas que la conforman. Y estas experiencias pueden ser personales o colectivas.

Por último, podemos tener más de una identidad. Ya que la forma en la que nos relacionamos con nuestras identidades a partir del contexto en el que estemos situados. Somos seres contextuales y actuar diferente, nombrarnos diferente en distintos lugares no nos quita la veracidad, ni la autenticidad ni lo genuino. Una vez que aprendamos a vivir en la contradicción aprenderemos a aceptarnos no como uno, sino como muchas identidades que somos dentro de un solo cuerpo. Aprenderemos a aceptar nuestras identidades secretas.

Fuentes consultadas

Bendis, Brian Michael, "Powerless", en Ultimate Spider-Man, núm. 1, Nueva York, Marvel Comics, 2000, Ils. de Mark Bagley.

–––––, "Growing Pains", en Ultimate Spider-Man, núm. 2, Nueva York, Marvel Comics, 2000, Ils. de Mark Bagley.

Kill Bill 2, dirigida por Quentin Tarantino, producida por Lawrence Bender, Estados Unidos, Miramax Films, 2004

Lee, Stan, “Spider-Man!”, en The Amazing Fantasy, núm. 15, Nueva York, Marvel Comics, 1962, Ils. de Steve Ditko.

–––––, “Spider-Man: Freak! Public Menace!”, en The Amazing Spider-Man, núm. 1, Nueva York, Marvel Comics, 1963, Ils. de Steve Ditko.

Slott, Dan, The Superior Spider-Man, vol. 1, México, Televisa, 2019, 272 pp. Ils. de Ryan Stegman, Giuseppe Camuncoli y Humberto Ramos.






 
 
 

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